Se estima que el sismo ocasiono daños en 2387 viviendas, de las cuales 781 sufrieron pérdidas totales, además de dañar 29 centros educativos. Se estima que el saldo de personas fallecidas fue de 25.
Muchos de los problemas asociados con el colapso de las viviendas se achacan a la falta de diseño y a la falta de supervisión, un problema que se viene denotando en el país, sobre todo en vivienda en zonas de escasos recursos, en donde los propietarios no pueden contractar los servicios de un ingeniero, situación que es bien entendible.
En estos casos, yo creo que se debe buscar otro tipo de solución, dado que los mecanismos existentes no han funcionado adecuadamente, por ejemplo las Municipalidades deberían contar con juegos de planos, que los usuarios pueden disponer, con los detalles mínimos exigidos por el código sísmico, a un precio mínimo, además de que deberían de exonerar de impuestos a estos casos.
Un poco aparte del tema, yo creo que el país debe ser más solidario y que esto debe ser reflejado en las acciones cotidianas de todos sus ciudadanos y no solamente cuando sucede una catástrofe. En este sentido se debe despertar el espíritu de que las personas que tienen suficiente, realicen donaciones y que otras personas, en especial los jóvenes, los profesionales jóvenes realicen trabajo voluntario.
Para los jóvenes estudiantes, en particular de ingeniería considero que deben realizar algún tipo de voluntariado, sobre todos en aquellos campos ligados a su futura profesión.
Por ejemplo, podrían ayudar a la reconstrucción de las viviendas afectadas en la zona de Cinchona, con mano de barata y sobre todo con conocimiento técnico adecuado.
En el país, existen algunas organizaciones que promueven este tipo de acciones, como la fundación Un techo para mi país, que aunque no los conozco, considero que realizan una gran labor.
Invito a mis estudiantes de Ingeniería en Construcción del TEC, a involucrarse en este tipo de acciones.
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