Dicho evento destruyó gran parte de la ciudad capital Puerto Príncipe, dejando un saldo de más de 200 000 personas fallecidas.
El 12 de enero pasado ocurrió un terremoto de magnitud 7.3 en Haíti, el país más pobre de America Latina.
Lamentablemente las pérdidas humanas son considerables, sin embargo se puede aprender mucho de este evento. Sin haber visitado la zona, y solo con la observación de múltiples fotografías, se notan grandes defectos constructivos en las edificaciones, muchas de ellas fallaron por malos materiales de construcción, muchas de los edificios fallaron por deficiencias o carencia de diseño antisísmico.
Poco más de un mes después del terremoto de Haití, otro terremoto en Chile el el 27 de febrero, quizás uno de los más grandes terremotos de la historia, con una magnitud cercana a los nueve grados (8.8), provocando tsunamis en las zonas costeras.
Según el recuento oficial fueron más de 400 personas fallecidas. Gran cantidad de la infraestructura vial colapso (carreteras, puentes), edificios y sobre todo una gran cantidad de viviendas fallaron, a pesar de que el país cuenta con una gran tradicción de construcción antisísmica. Aquí quizás vale aquello, de que no se puede evitar lo inevitable.
En el caso de Haití, las enseñanzas son mútiples: una de las causas principales fue el uso de malos materiales de construcción y también me atrevo a afirmar que otra de las causas fue la falta de diseño antisísmico, quizás motivado por la falta de ingenieros y por la misma pobreza del país.
En el caso de Chile, no me atrevo a citar causa alguna, sobre todo conociendo lo avanzado que están los chilenos en el campo de la ingeniería sismorresistente. Parece ser que la gran causa fue la gran magnitud del sismo y la cercanía del epicentro a los centros de población, además de los fenómenos secundarios disparados por el evento principal.
Para nosotros los ingenieros, nos queda en la conciencia el saber que estamos obligados a utilizar los mejores materiales en las obras, ha realizar los diseños según las normas antisísmicas vigentes y sobre todo a seguir estudiando sobre el tema, propiciando los avances necesarios en el conocimiento, para que en un futuro cercano, casi inmediato; lograr diseñar mejores estructuras y con un mejor comportamiento ante estos fenómenos naturales impredecibles.
